Un año más, este 6 de marzo
conmemoramos el día de la dignidad de la Victimas de Crímenes de Estado y nos
unimos al llamamiento del MOVICE - Colombia - bajo el lema: "La memoria
está grabada en tu piel"
Creemos que este homenaje a las
víctimas es especialmente importante en el momento actual que se vive en
Colombia y en España.
Aquí, nosotros/as nos encontramos
absorbidos por el ciclón que arrebata día a día nuestros derechos y los de las
generaciones futuras; y es aquí y ahora, que recordamos y valoramos a quienes
en el pasado lucharon por conseguir lo que hasta ahora hemos disfrutado. Su
ejemplo nos acompaña en esta lucha por una verdadera democracia.
Y allí, en Colombia, el homenaje
es también importante por el especial momento que se vive, en el que los
esfuerzos por alcanzar una paz duradera se tambalean un día y otro en actitudes
de doble rasero y posicionamientos mediáticos.
Mientras se habla de paz, los
crímenes continúan, el número de víctimas aumenta y la impunidad persiste. A la
vez, se aprueba un fuero penal militar que, en aras de acabar el conflicto
armado, consiente, legaliza y minimiza las violaciones a los Derechos Humanos.
Una paz duradera debe ser una paz
donde la Verdad prevalezca y se
conozcan y reconozcan los hechos, los autores materiales e intelectuales, las
víctimas, los motivos y los beneficiados.
Una paz en que la Justicia se ejerza de buena fe, sin
miedos y sin intereses ocultos para que los victimarios asuman sus culpas y
cumplan sus castigos.
Además la paz duradera debe Reparar a las Víctimas por los
padecimientos sufridos. ¡Y no sólo ha de resarcirlas económicamente! sino que
ha de honrarlas porque ellas fueron, y son, quienes representan la Dignidad del
país.
Dignidad presente en:
- Los sindicalistas, a quienes se ha atacado por
defender mejoras en las condiciones laborales;
- Los periodistas, a quienes han tratado de
silenciar cada vez que mostraban la realidad que el Estado quería ocultar;
- Los defensores y defensoras de derechos humanos,
que hacen del respeto por los demás y sus derechos, su vida y su vocación;
- Los líderes campesinos/as, que optaron por la
permanencia y defensa del territorio como medio de vida, enfrentándose a
intereses oscuros de explotación de la tierra;
- Los miembros de la UP, que fieles a sus
convicciones buscaban por el camino democrático una mejora en la sociedad;
- Los profesores/as, que dieron al verbo
"educar" un sentido pleno, demostrando el peligro que supone enseñar
a pensar;
- Las mujeres, que por el hecho de serlo,
sufrieron además ataques, siendo utilizadas como botín de guerra, como
escarmiento, como venganza o como premio;
- Personas, simples personas, que en su quehacer
diario se vieron involucradas en un conflicto que interesadamente los asimiló
al enemigo o los utilizó como arma de guerra.
Todos ellos y ellas ha sufrido
los duros embates del Estado:
Sufrieron el
despojo de sus tierras, sus pertenencias y sus modos de vida y hoy, tras su
regreso, son nuevamente atacados.
Sufrieron
exilio, arrebatándoles su patria y el calor de sus familias y amigos, debatiéndose
hoy entre el allá y el acá.
Sufrieron
cárcel y torturas, dejando sus cuerpos y sus mentes marcados con las heridas
físicas y psíquicas de la injusticia y la barbarie.
Fueron asesinados
y perdieron su vida, dejando un vacío irreparable en sus familias, sus
organizaciones y la sociedad que, sin duda, podía haber sido mejor gracias a
sus aportes y trabajos.
Los/las
desaparecieron, empujando a familiares y compañeros/as al dolor y al abismo de
la inseguridad sobre su paradero.
Por eso hoy, por todos ellos y
ellas, que son miles de nombres y apellidos imposibles de enumerar, nuevamente
reiteramos que estos crímenes contra la humanidad no se pueden volver a
repetir. Y para ello nada mejor que NO OLVIDAR, y llevar grabada en nuestra
piel su memoria que es impulso y guía para continuar trabajando por la Dignidad
Humana.
NOSOTROS/AS NO
OLVIDAMOS
PORQUE NO PODEMOS
PORQUE NO QUEREMOS
Y PORQUE ES DE
JUSTICIA.